En el capítulo 5 de Mateo, luego de las bienaventuranzas vemos al Señor colocando en oídos de sus oyentes cual debiera ser el carácter del discípulo, “sal y luz”. La sal y la luz operan en virtud de lo que son, por eso es menester que conserven su identidad mas bien que su actividad. En otras palabras, el Señor estaba interesado en lo que eran por encima de lo que hacían.
En Mt. 5:17-20 el Señor pone una premisa contundente, “No penséis que he venido para abrogar la Ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.” Entonces pasa a abordar temas de moral.
Estamos en una época dominada por el relativismo y el postmodemismo donde la sociedad no reconoce valores morales absolutos y donde cada cual puede decidir lo que es moral o inmoral de acuerdo a su perspectiva y circunstancia, condenando como intolerante a todo aquel que intente plantear valores firmes con respecto a la conducta humana.
Es verdad que los conceptos relacionados con la moral humana están condicionados por los valores de tiempo y espacio, es decir la moral occidental es diferente a los principios de moral oriental cuando a espacio nos referimos, y un traje de baño que en 1910 hubiese sido realmente escandaloso, hoy puede ser perfectamente aceptable.
Ahora bien, cuando la Biblia habla de moral habla de un tipo de moral que no está condicionada por la mentalidad humana, ya que está hablando de la moral de Dios que es atemporal y aplicable a todos los hombres.
Entonces debemos preguntarnos ¿Cuál es la norma moral que rige a la iglesia? En tal sentido y afectada por el contexto la iglesia, lamentablemente, poco a poco pierde terreno y paulatinamente va tolerando y aceptando aquellas conductas y prácticas que desde el punto de vista bíblico siempre han sido intolerables porque la Palabra de Dios es inmutable a través de los tiempos y las modas.
El hombre es un ser moral, ya que Dios lo ha creado con ese atributo (Gn.1:26; Ro.1:19, 2:15), en tal sentido cuando se opone a los principios morales de Dios se convierte en un INMORAL.
DEFINICIÓN DE INMORALIDAD
Al hablar de inmoralidad debemos plantearnos con exactitud que es inmoralidad. Inmoralidad es todo aquello que va contra los principios éticos que rigen la conducta humana.
Observando la definición debemos preguntamos ¿cuáles son esos principios éticos y quién los establece? A diferencia del relativismo imperante en nuestra sociedad postmodernista, que considera que no hay verdades absolutas y que cada uno define lo que es moral o inmoral desde su propia perspectiva y circunstancia, los cristianos basamos nuestra moralidad en los principios que Dios establece en Su Palabra eterna e inmutable. Por eso al hablar de moralidad o inmoralidad no se limita al tema de la sexualidad sino que en cada área de la conducta en que se transgreden los principios de La Palabra de Dios estamos en presencia de inmoralidad. En otras palabras todo pecado es inmoralidad.
DESCRIPCIÓN DE INMORALIDAD
Si bien la palabra moralidad o inmoralidad no aparece en la Biblia si encontramos desde Génesis a Apocalipsis normas claras en cuanto a conducta moral demandada de parte de Dios a los hombres y en especial a su pueblo Israel en el AT y la Iglesia en el NT, condenando a la vez aquellas conductas contrarias a las demandas divinas.
EL DESASTRE DE LA INMORALIDAD
1. EN LA SOCIEDAD Romanos 1:18-32
No es tema de esta tarde detenernos mucho en el sistema de inmoralidad en el que vivimos, donde se pone en tela de juicio si un embrión humano es un “ser humano” o no, o donde se tolera y defiende como aceptable que una niñita de 16 años aborte sin la autorización de sus padres. Tan solo con pensar en tales situaciones nos ahorraremos mucho del poco tiempo que tenemos, pues sin dudas la humanidad está llegando a niveles de inmoralidad impensados. Baste leer la descripción de Romanos 1:18-32 para ver como estamos hoy.
En tal sentido el hombre está en una corrupción moral absoluta y solo nos queda denunciar tal condición y dedicarnos a realizar un análisis profundo en nuestro entorno de “cristiandad biblicista” para saber y aceptar la realidad de cómo nos encontramos los cristianos bíblicos del siglo XXI.
2. EN LA IGLESIA
Ahora bien, regresando a Mateo 5 y 6, vemos entonces que el Señor estará tratando al menos 4 tipos de inmoralidad, es decir, 4 puntos en donde el hombre se levanta contra aquello que Dios dispuso como bueno y aceptable para Su creación. Estos son: inmoralidad espiritual, inmoralidad sexual, inmoralidad material e inmoralidad en el carácter.
Diremos antes de meternos en el propio estudio, que la inmoralidad es uno de esos flagelos que no solo asecha y conquista a la sociedad sino que trágicamente está conquistando la iglesia. Trataremos de analizar objetivamente estos diferentes aspectos de la Inmoralidad.
Vamos a diagnosticar la situación de enfermedad, pero también, a la luz de la Palabra de Dios veremos el remedio para la cura.
INMORALIDAD ESPIRITUAL – 6:5-15
1. Diagnostico:
Hay un tipo de inmoralidad que tiene que ver con lo espiritual, y es la base sobre la cual se edifican otros tipos de inmoralidad. La inmoralidad espiritual es la más grave por:
a) Ser la hipocresía el pecado con el cual se cubre de ser descubierta, cosa que tarde o temprano sucederá (1Tim. 5:24).
b) Ser el antagonismo el arma predilecta de ataque para sostener aquello que Dios destruirá.
c) Ser contagiosa, es decir que otros van tomando el “modelo” y lo van pasando de generación en generación con algunas variantes.
a.1. Cuando el Señor enseña en este sermón, también denuncia la hipocresía imperante en el sistema religioso de aquellos tiempos:
6:2 – “como hacen los hipócritas en las sinagogas…”
6:5 – “como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas…”
6:16 – “como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan…”
“COMO” aquí es un nexo comparativo y utiliza como referencia de comparación a “los hipócritas…”
¿Quiénes eran los hipócritas? En Mt. 5:20 el Señor declara que él venía a cumplir con la Ley. La norma era alta, imposible de cumplir para el religioso (Ro.7:14-25), entonces el religioso vivía con una falsa rectitud, una hipocresía, una inmoralidad espiritual.
La propuesta de Jesús será que sus discípulos comparen dos maneras de vivir, de acuerdo a la justicia de los hombres o de acuerdo a la de Dios.
JESUS comparaba la conducta del sistema, donde se hacían las cosas para que los hombres vieran (Mt. 6:1), con lo que debe ser el carácter de un discípulo de Cristo, el cual considera lo que realmente importa “en lo secreto” (Mt. 6:4) para que el Padre lo haga público.
Existe una diferencia abismal entre el modelo de “ajuste carnal religioso” y el modelo de espiritualidad genuina que va proponiendo Jesús.
La espiritualidad genuina considera constantemente 3 atributos de Dios que los discípulos no podemos olvidar: Omnisciencia, Omnipresencia y Justicia.
Gálatas 6:7 dice que Dios no puede ser burlado. Por mucho que use a la “religión” como cobertor de mi verdadero estado delante de Dios quedaré al descubierto delante de los hombres tarde o temprano.
La inmoralidad espiritual me lleva a vivir “completando la fórmula” pero sin fruto de justicia (Fil.1:6-11), porque no hay manifestación del fruto del Espíritu obrando (Gál.5:22-23).
b.1. La inmoralidad espiritual es agravada por otro factor, el antagonismo.
Habitualmente el espíritu antagonista se presenta cubierto por una falsa piedad que intenta mostrar o defender algo de tinte religioso, pero que en el fondo realmente lo que busca es “tapar” la realidad de una vida lejos de Dios.
El Señor Jesús se enfrentó con antagonistas una y otra vez. Todos tenían algo en común, religiosos fríos y profesionales que ocultaban sus verdaderas motivaciones, las ganancias de la religión y matar al autor de la vida (Mt.12:38; 21:23; 22:34-40; Lc.19:47; etc.).
Hubo un hombre de Dios que aparece en Hechos 5:34, Gamaliel, miembro del Sanedrín, un rabino del más ortodoxo, era fariseo. Es interesante estudiar la conducta de este hombre. Sus convicciones religiosas no le acercaban a la línea de los apóstoles, pero es digo observar como obró. Esa es un ejemplo para que podamos medir nuestra espiritualidad aun cuando las diferencias que tenemos son de un calibre extremo, tal como este caso.
El antagonismo es una parte fundamental dentro del sistema de inmoralidad religiosa, porque distrae y ataca para no ser atacado.
Hay que reconocer que un frente de antagonismo dentro de una iglesia siempre tendrá una parte de verdad, es como el veneno para ratas, solo un 1% de venenos y un 99% de cebo; pero esa verdad nunca puede ser usada para destruir, de ser así no procede de Dios. El antagonismo siempre destruye. Alguien dijo que “un antagonista pelea hasta los escombros y luego pelea por los escombros”.
El antagonismo, parte fundamental en la inmoralidad religiosa, no se satisface porque procede de intensiones espirituales satánicas (Ef.6:12) y Satanás no para hasta ver todo destruido. Hay que entender que la guerra a la que los cristianos nos enfrentamos es espiritual y el enemigo usará gente que a relajado su moral espiritual, alejándose de Dios y operando desde “su propia justicia”.
Una persona espiritual reclamará la verdad desde una posición espiritual, evitando siempre pecar contra Dios y contra los hermanos. Cuando se quiebran principios bíblicos en pos de la justicia y la verdad eso es inmoralidad espiritual.
c.1. Finalmente, pero por eso no menos destructivo y perverso, en la inmoralidad espiritual nos encontramos con el “contagio generacional”. No hay mejor modelo de discipulado que el de la inmoralidad espiritual.
La triste historia de Israel nos confirma esta “catástrofe”.
“¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!”
Dt.5:29
El corazón de Dios para con la segunda generación, la generación de la conquista era la antítesis de lo que ellos finalmente vivieron. Sus padres, muertos en el desierto, habían fracasado, ellos “copiaron el modelo” a pesar de la advertencia y deseo de Dios. El resultado fue aun peor y más doloroso que el de sus padres:
“Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo, y de su habitación. Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio… 19. Y quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron a fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos deseables. Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos a Babilonia; y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los Persas;”
2Cr.36:15-16, 19-20
La hipocresía de la Inmoralidad Espiritual pasa de generación en generación, cuando la iglesia de Cristo para a ser tolerante y permisiva.
No se denuncia el pecado, se tolera la mixtura en todos sus aspectos, no se destapa nada que desestabilice o rompa las formas tradicionales. Se hace acepción de persona y final pero trágicamente se pierde poder y autoridad espiritual.
Una iglesia que viva en Inmoralidad Espiritual pasa a ser la vergüenza del cielo y la burla del infierno. Será sal insípida y antorcha humeante, su juicio no tardará porque Dios no puede ser burlado.
La iglesia que mejor ilustra un modelo de Inmoralidad Espiritual es la de Laodicea, leamos su ejemplo y su llamado en Apocalipsis 3:14-20.
2. Cura:
¿Cuál será la cura de la que tenemos que echar mano para la inmoralidad espiritual?
Apocalipsis 3:19 – ¡ARREPIENTETE!
CONFESIÓN SIN RESTRICCIONES
CONFESIÓN SIN JUSTIFICACIONES
CONFESIÓN SIN CONDICIONES
El modelo de identificación con el “pecado comunitario”. No son “ellos” los que pecaron, somos “nosotros” los que te hemos ofendido y nos hemos rebelado.
ESDRAS – 9:5-15 / NEHEMÍAS – 1:4-11 / DANIEL – 9:3-19
¡Quiera Dios que tengamos tal corazón que le temiésemos y guardásemos todos los días todos sus mandamientos, para que a nosotros y a nuestros hijos nos fuese bien para siempre!